Prostitución infantil, tráfico de menores y turismo sexual

de Luis G. Blanco
Editorial Ad Hoc, Bs As. 2008

libros-prostituc-infantilLa rigurosa y ordenada enunciación de leyes y documentos nacionales e internacionales constituye un aporte que debemos agradecerle enfáticamente al autor. Es habitual que estos textos se citen desglosados y desagregados de un corpus ideológico abarcativo, lo cual, sin ser incorrecto, carece de la coherencia que Blanco le ha otorgado al enlazarlos en sus respectivas calidades discursivas (…)
Es posible reconocer la excelente intención de funcionarios nacionales e internacionales que se reconocen intensamente «tocados» por estas prácticas contra niños y niñas. Pero entre sus descripciones y el contacto con las víctimas existen abismos de distancia
El texto de Blanco agota citas, comentarios y advertencias a pie de página porque sabe que los resquicios son los lugares por donde se filtra lo que no se quiere decir o saber. No deja escapatoria y se abroquela en la erudición que no alcanza a esconder la indignación con la que escribe y trabaja. No sólo por las víctimas que tan claramente posiciona y sitúa, sino que lo enfurece el descuido en los tratamientos teóricos, administrativos, estatales (nacionales, municipales e internacionales), y denuncia contradicciones peligrosas y promesas incumplidas.
Interesa el análisis que el autor dedica a las niñas que se fugan «y terminan en la prostitución», frase que descifra, sin mencionarla, al enumerar los distintos modos de escape, huida y fuga del hogar. Sabemos de sus respectivos consuelos asociados con las aventuras que la libertad en las calles recorridas sin horarios de regreso a casa con que se envalentona la escapada y la repentina soledad sugiere acercarse al amigo de la amiga o a sentarse en un boliche de moda. Puede tardar en aparecer el sujeto tentador, lo cual la amedrenta, hasta que quienes rondan o tienen amigas ya iniciadas «le pasan el dato» al reclutador acerca de «esa chica» que anda sola.(…)
Corresponde agradecer la escritura de este libro que enseña, a partir de un rigor académico que impide la trivialización de los temas que abarca y obliga a leer con cuidado la enunciación de leyes y convenciones, tarea imprescindible para eludir improvisaciones y sensiblerías. Libro cuyas páginas conmueven e indignan, ambas emociones necesarias para impregnar, de potencia inclaudicable, las decisiones políticas que esperamos se sostengan y que avancen.

Libros cuyo prólogo fue escrito por Eva Giberti.
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