Los mapeos cerebrales de los chicos del jardin

Selección del texto original, que forma parte de la colección Escuela para Padres, editada en 1999 por el periódico Pagina 12. Corresponde al Fasciculo Jardin de Infantes.

Selección del texto original, que forma parte de la colección Escuela para Padres, editada en 1999 por el periódico Pagina 12. Corresponde al Fasciculo Jardin de Infantes.

¿Se acuerda de la media lengua? Asi nos referíamos al lenguaje,aun confuso e incompleto de los chicos entre los dos y tres años,y suponíamos que se debía a su inmadurez. No imaginábamos la complejidad de las redes comunicacionales y lingüisticas con las que cuentan los chicos, desde que son bebes. Anticipé algo de esto en un fasciculo anterior( Pinker y Juscyk, este último de la Hopkins University, en Baltimore), pero vale la pena reproducir los hallazgos de otros investigadores, que diseñaron computadoras a las que llamaron redes neurales artificiales y que son una versión simplificada del cerebro humano. Pueden»aprender» algunos aspectos del lenguaje porque copian la forma en que nuestras celulas nerviosas se enganchan. El resultado es un aparato que logra reproducir algunos modos de aprendizaje de los chicos;por ejemplo, tal como lo hace un niño de tres años, generan categorías desde la escucha de una parva de palabras indiferenciadas, y las separan distinguiendo los verbos de los sustantivos;la perfección del aparato le permite cometer los mismos errores que los chicos.
Cuando se analiza el material que aporta este instrumento nos espera una sorpresa: se descubre que las frases que utiliza un niño de tres años es gramaticalmente correcta ,pero cuando se equivoca, por ejemplo al decir » si yo sabería» en lugar de » si yo supiera» se debe a que intenta aplicar las reglas verbales que le enseñan en su casa. La sorpresa mayor se produce cuando se consigue registrar el trabajo que realiza el cerebro de los chicos desde que son bebes; no imaginamos que está produciendo mapeos cerebrales capaces de modificar vertiginosamente su velocidad para el reconocimiento de las palabras que está aprendiendo. O sea, no imaginamos el laboratorio refinado y sutil que se esconde en ese pequeñito al que sólamente podemos controlar»por afuera». Veamos un ejemplo : un adulto reconoce la semipalabra elef como elefante en 400 milisegundos, es decir, antes que otra persona termine de pronunciarla:, es la habilidad denominada mapeo veloz.
Anne Fernald, de la Universidad de Stanford encontró que un bebe de quince meses necesita más de un segundo para reconocer una palabra, asi sea palabra apenas pronunciada. A los 18 meses el niño reconoce el total de esa palabra apenas pronunciada, y a los dos años reconoce la palabra bebe en 600 milisegundos, con solo escuchar la sílaba be
El mapeo veloz despierta en el mismo momento que se hace presente una dramática organización del cerebro del niño a partir de sus hemisferios cerebrales, en relación con operaciones lingüisticas y gramaticales.El hemisferio izquierdo se entrena, progresivamente, en organizar gramaticalmente las palabras, si bien ambos hemisferios cerebrales saben qué significan esas palabras.
Los padres, ¿influyen en semejante organización cerebral? ¡Claro que sí!Y nada menos que mediante el efecto de la la conversación materna : a los 20 meses, los hijos de madres parlanchinas, tienen 131 palabras más en su vocabulario que los hijos de madres que hablan poco. Y hacia los dos años, la diferencia se amplía en 295 palabras, en favor de los hijos cuyas mamás hablan mucho. Pero no confundir!:se refieren a la madre y no a las voces del televisor.
Esta investigación producida por Janellen Huttenlocher, de la Universidad de Chicago, adquiere singular importancia para las maestras jardineras o para las cuidadoras que atienden a los más chiquitos en las guarderías: conviene hablarles, dirigiéndose a ellos; si bien los chiquitos escuchan las palabras de quienes están cerca aunque no tenga que ver con ellos: ¿se acuerdan del baño de palabras que mencioné en otro fasciculo? Podemos empalmar aquel dato con los resultados de estas investigaciones. La recomendación de hablar que está dirigida a las madres, puede extenderse al personal que se ocupa de los chicos y proviene del profesor Juscyk: «Hable, cante,lea en voz alta, recite poemas,haga juegos de palabras, eso le muestra al niño que usted valoriza esa actividad. En cambio estimularlos con cartones y cuadernos de trabajos para que aprendan nuevas palabras puede producir más daños que beneficios. Si los chicos se divierten con el idioma, intentarán aprenderlo. Algo más: hay evidencias de que los chicos que desarrollan cierta sensibilidad por las rimas,por los poemas, aprenden antes a leer.Entonces los versos que se les haga escuchar podrán ser sus primeros pasos».

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