Historia de Escuela para Padres

Fundamentación teórica
En el mundo actual las relaciones intergeneracionales demandan nuevas órbitas para transitar las experiencias que ya no reproducen prioritariamentelos modelos tradicionales; esas relaciones entre los más pequeños,los adolescentes , las jóvenes y los adultos inauguran otro recorrido diseñado por diversas incertidumbres.

Hoy en día día habitamos un mundo cuyas turbulencias se enuncian al hablar del subdesarrollo endémico, así como al mencionar las nuevas articulaciones entre el capital internacional, la nación y la democracia; a lo que debe añadirse el conflicto entre el espacio urbano y las formas locales de diversidad cultural, y la amenaza de la devastación ecológica.
Hablamos de un mundo que introdujo las mutaciones derivadas de la caída de las grandes narrativas de la modernidad: el progreso, la ciencia, la salvación del sujeto por la acción individual, que hasta el momento justificaban y explicaban los procederes de la gente2. Turbulencias que incorporaron la idea de exclusión de ciudadanos y ciudadanas, y al mismo tiempo permitió vislumbrar la reformulación de los derechos de las mujeres.
Entonces es preciso buscar unidades procesadoras destinadas a ensayar nuevos criterios para resignificar lo que entendemos por relaciones entre los miembros de una familia.
Dichas unidades procesadoras son herramientas necesarias para elaborar los nuevos datos que nos aportan las vidas de quienes transitan este fin del milenio. Un tránsito que se caracteriza según sean sus edades,sus etnias, su pertenencia a sectores económicos, su género, según formen parte de poblaciones urbanas o rurales, de acuerdo con sus posibilidades de trabajo o / y de estudio; padres e hijos que se mueven dentro de los parámetros de la ley o fuera de ellos, hijos e hijas que viven con sus familias o que habitan las calles de América latina.
Estas unidades procesadoras deberán regularse por los datos que resulten de estas caracterizaciones articuladas con la descripción que podamos hacer de su entorno epocal y social, es decir, del estado del mundo en el que viven las familias actuales
Fabricar la memoria de las generaciones es tarea de la genealogía, pero además, la pretensión parental suele insistir en la permanencia de las normas acordes con dicha genealogía, lo cual constituye un exceso respecto de la memoria de las generaciones que nos precedieron. Este es uno de los puntos de inflexión dentro de este tema puesto que inumerables enfrentamientos generacionales están asociados con la persistencia de pautas acordadas por generaciones anteriores.
Cuando se invoca el orden de parentesco(los padres) para ejercer un derecho, por el solo hecho de formar parte de una cadena genealógica jurídicamente avalada el pacto queda a la vista Entonces cada padre-madre miembros de esa cadena «deviene capaz de fundar a quienes le seguirán», según P. Legendre.
Este mecanismo es el que actualmente está puesto en cuestión por los jóvenes, lo que significa afirmar que la juridicidad que sanciona el orden de las genealogías y las organizaciones sociales como la familia, también queda jaqueada porque algo intercepta esta linealidad generacional.
La invocación a la generación anterior que hacen los padres para oponerse a los argumentos de los jóvenes, invocaciones a las generaciones que funcionaron como referentes, no son escuchadas como los adultos esperarían y desearían a pesar que los jóvenes están incorporados en las normas de la generación de proviene de otras anteriores, y de las cuales ellos no pueden legalmente desentenderse debido a la consanguinidad .Lo cual los irrita a menudo. Cada sistema, y éste de las genealogías lo es, aporta la representación de sus normas, más allá de la decisión que los jóvenes tengan de acatarlas. La sociedad que instituyó la juridicidad de las genealogías habla al joven en el código de obediencia a los padres y de respeto a sus indicaciones.
Este es el origen del pacto entre las generaciones, la verticalidad que marcó la Ley Mosaica mediante diez mandamientos y que está en el mundo a la espera del recién nacido. Ese ser hablante será hablado por adelantado, mediante este pacto que deberá incorporar como representación. Lo cual lo diferencia del padre y de la madre que ocupan los lugares de los que ya saben «cómo es».
Ser hijo/a de alguien se describe como una posición que incluye una categoría consaguínea adherida jurídicamente a la filiación. Pero si afirmamos que hijo/a es una categoría histórica, ello nos autorizará a pensar en una posición cambiante, cuyos contenidos pueden ser modificados y por lo tanto también será posible modificar su titularidad como hijo/a.
Al respecto corresponde señalar que uno de los problemas más serios que encontramos cuando trabajamos con familias y con jóvenes reside en que éstos suelen ser vistos, exclusivamente, como miembros de esa familia, sin reconocerle sus posicionamientos como ciudadano, hombre o mujer con necesidades y deseos asociados con su género, o como miembros de una pareja o interesados en una militancia política.
Lo intergeneracional es un concepto que depende del reconocimiento del pacto historico entre generaciones sostenido juridicamente en relación a la obligatoriedad del cuidado de los padres hacia los hijos; la genealogía marca un eje de poder representado por la Ley Mosaica.
¿Cómo lee actualmente este pacto?: los jovenes y los padres han «corrido», o modificado, o deslizado los ejes del pacto (que se refieren al vínculo impregnado por las señales del respeto entre ambas generaciones),lo que significa que el cuarto mandamiento de la ley mosaica(«Honrarás a tu padre y a tu madre») no necesariamente es entendida por los padres como podría haberlo sdo en el siglo XIX, ni es acatada por los jòvenes como lo fué siglos atrás.
El pacto remite a la imposición social que funda una ley para los padres, que están obligados a cuidar a los hijos y viceverse, éstos a los padres cuando son ancianos.
De este modo se produce un nuevo estatuto concerniente a la familia ya que la hegemonía parental, sustentada por la Ley Mosaica, por los canones convencionales que la cultura propicia y por los mandatos superyoicos que se incluyen en la construcción de las subjetividades, cede su lugar, o por lo menos se «corre» de los mandatos frente a los desafíos y propuestas de los jóvenes. La hegemonía parental se sostuvo en la creencia de su necesariedad para garantizar el orden social, pero al mismo tiempo coadyuvó en la formación de conductas filiales sometidas y subordinadas.
HISTORIA
Planteo Testimonial
Fundé la Primera Escuela para Padres del país sin imaginar que la concurrencia de padres y maestros transformaría las reuniones grupales en un movimiento que se instaló en casi todas las provincias , que encontró espacios propios en las radios y en la tevé y que se mantuvo como un área permanente de divulgación en el diario LaRazón , durante once años.
Con frecuencia me encuentro con alumnos de alguna Universidad que me dicen :»En mi casa están sus libros. Son tres tomos con tapas color bordó y en cada una de ellas está la foto de un chico» Entonces les aclaro que uno de esos chicos es mi hija, ahora una mujer que, a su vez, tiene su propio hijo. Y, en la otra colección, Adolescencia y Educación Sexual, es mi hijo – que por su parte también tiene sus propios hijos-quien está fotografiado en la tapa.
En oportunidades las historias son otras: después de alguna conferencia, o durante el recorrido de alguna compra se me acerca una señora y me dice:»Ah! Yo crié a mis hijos con sus libros!» Frente a tal confidencia no puedo menos que preguntar-siempre lo hago- «¿ Y?…¿Cómo le salieron?»
Afortunadamente , también siempre, responden :»Muy bien, muy bien!»
Es decir, el recuerdo de Escuela para Padres persistió durante treinta años y atravesó dos generaciones.
En un primer momento la organicé en forma de grupos constituídos por madres, distribuídas según las edades de los hijos.Los pedidos eran numerosos y yo coordinaba innumerables reuniones grupales .
Paralelamente recibía continuas invitaciones por parte de instituciones privadas y de escuelas públicas así como contratos para trabajar en microprogramas emitidos por radio y por teve; por ambos medios y con la intrvención de actores, también se dramatizaron problemas familiares que cerraban con mi intervención profesional .
Escuela para Padres crecía también en las revistas: en ellas escribía permanentemente, de manera que la combinación de todos los medios de comunicación, más las reuniones en escuelas, instituciones , cursos y conferencias en distintas provincias , colocó el tema «educación de los padres» en la órbita de un interés nacional.
Profesionales de distintas especialidades se incorporaron como docentes, de modo que fué posible dictar cursos para padres y maestras abarcando diversos temas, desde problemas en el aprendizaje hasta odontopediatría, atravesando por psicoanálisis con niños y relaciones vinculares entre los miembros de la familia.
Pero ¿de qué les hablaba a los padres para crear semejante interés y mantenerlo desde 1957 hasta 1973?
Por una parte, en las opiniones, recomendaciones y críticas que yo producía, los padres encontraban ejemplificados los conflictos que ellos tenían con sus hijos, de manera que advertían que mis ideas no respondían sólamente a una formación profesional, sino a una experiencia propia.
En segundo término se produjo en fenómeno singular: tanto padres cuanto madres comenzaban preguntando acerca de sus hijos, pero a poco de hablar desembocaban en sus propios problemas de infancia, y descubrían que sus padres no habían acertado-según ellos- en el trato y en la educación con que los habían criado. Es decir, aunque el motivo de consulta o de reunón eran los hijos, los padres actuales hablaban de si mismos recodando su propia infancia y sus relaciones con los adultos de esa época.El resultado fué que los abuelos, es decir, los padres de los padres que asistían a la Escuela se convirtieron en enemigos de la «doctora de la teve » ; no me perdonaban la preferencia con que sus hijos en lugar de seguir sus consejos, primero consultaran en los grupos o en las conferencias qué era lo mejor para los chicos.
En tercer término, utilicé las técnicas de divulgación, para introducir conceptos del psicoanálisis en los medios de comunicación.Entonces, en las familias se comenzó a hablar del complejo de Edipo, de las frustraciones y los traumas.Los aportes de la teoría psicoanalítica ejercían fascinación, además de esclarecer acerca de diversos conflictos.
Quienes ensayan contar -y editar-la historia del psicoanálisis en nuestro país, omiten recordar que fué introducido en la comunidad mediante técnicas de divulgación que apliqué desde Escuela para Padres,a partir de sus comienzos. Hasta ese momento el psicoanálisis, sólamente era conocido en los ambientes especializados y, se mantenía recatado en los consultorios y limitado a la docencia de los psicoanalistas en ámbitos privados y /o especificos.
Pero ese éxito respondió a otras múltiples razones cuyo desarrollo se encuentra en la bibliografía que acabo de citar a pie de página.No obstante quiero rescatar la idea que sostiene que en las comunidades suelen moverse corrientes subterráneas que dan cuenta de sus necesidades y anhelos, sin que se tornen concientes o que encuentren una forma de organización.
Las explicaciones y opiniones que yo expresaba, eran representativas, por lo menos en educación y orientación de los hijos, del algunas de esas corrientes. La necesidad de encontrar otras formas de comunicación con los hijos, en paralelo con la necesidad de revisar los comportamientos de los propios padres y también reconocer los nuevos lugares que ocupaba la mujer en la vida social, particularmente como trabajadora fuera del hogar, demandaban nuevas palabras capaces de expresar estas novedades. Pienso que debido a esa posibilidad, entre otras, Escuela para Padres adquirió la fuerza que permite recordarla como una experiencia significativa.
En 1964 fué reconocida como área de la Facultad de Medicina. Previamente había comenzado a funcionar en un aula que pertenecía a la Cátedra de Pediatría del Hospital de Niños, a cargo de F. Escardó; las conferencias, proyección de films y mesas redondas se organizaban en el aula magna del hospital
Las consultas que recibíamos se orientaban hacia los distintos servicios del hospital y con frecuencia recibíamos solicitud de asesoramiento por parte de jueces, asi como de directoras de escuela . Una característica propia de esta institución fué la de solicitarle a algunas madres que habían asistido a los grupos iniciales que se ocuparan de la organización de los cursos, conferencias, creación de fichas , correspondencia y díálogos con los asistentes.
En 1962 se editó la colección Escuela para Padres, tres volumenes que recopilaban los artículos que había escrito durante esos años; esta obra tuvo 30 ediciones(entre las que se publicaron en Argentina y en otros países latinoamericanos). Posteriormente se editó Adolescencia y Educación Sexual también tres volúmenes que recopilaron los articulos referidos a dichos temas.Esta obra alcanzó 16 ediciones.
La técnica de divulgación utilizada, así como el caudal de concurrentes y la repercusión en las provincias, determinó que la Federación Internacional de Escuelas para Padres, con sede en Paria, me nombrara su representante en Argentina.
La trayectoria de Escuela para Padres se extendió desde 1957 hasta 1973.
El retorno de la democracia me permitió regresar a los medios de comunicación,pero no retomé el trabajo de Escuela para Padres porque entendí que ya había cumplido su ciclo; y que los nuevos padres preferirían recurrir a técnicas menos directivas. Sin embargo, desde entonces hasta la fecha continúo recibiendo invitaciones para recrear la práctica de esta institución, planteando otra índole de problemas.
La experiencia que recogí durante los años en los que funcionó Escuela para Padres, con la cual yo alternaba mi práctica profesional en consultorio privado y en el hospital, me permitió aprender cuáles fueron las modificaciones que se fueron produciendo en la vida de familia, y en el desarrollo de chicos y adolescentes. Un chico que en 1970 tenía diez años, por ejemplo, no es semejante a un chico de la misma edad en el mundo actual; no sólo por las características de personalidad , sino porque los cambios político sociales que se sucedieron entre nosotros, les diferencian el futuro: aquellos que no terminen la escuela secundaria, que no puedan manejar una computadora y hablar en inglés, tienen un mal pronóstico.
Sabemos que ambos conocimientos son fundamentales hoy en día, y también sabemos que los chicos que forman parte de los sectores populares no accederán fácilmente a los mismos, aunque la escuela intente impedir o paliar la discriminación que esa diferencia social produce.
EN LA ACTUALIDAD
La persistencia del pedido de una nueva Escuela para Padres se enfrenta con mi posición actual : creo que ya terminó la época de aconsejar y de criticar duramente las conductas parentales, técnica que utilicé en la primera Escuela para Padres.La evidencia nos muestra que ese modo de proceder, en aquel momento resultó exitoso debido a varios factores, pero transcurrieron treinta años ; la posición parental frente a los hijos se modificó, la mirada de los hijos hacia sus familias, también cambió y a su vez, los profesionales que nos ocupamos de la psicología hemos revisado y replanteado las características de la relación que entablamos con quienes recurren a nosotros. Por otra parte,la comunidad cuenta con informaciones acerca de la vida psíquica de la que carecía a fines del 50 y en la década del 60 .
REVISIÓN CRITICA
Desde aquí propiciaremos la primera revisión : ¿Por qué llamarla «Escuela»?Ese fué el nombre original ,tal como los europeos la crearon en los alrededores de la década del 40 con intención de enseñar a los padres cuáles serían, de acuerdo con los criterios de los pedagogos, médicos y psicólogos, los mejores procedimienos para orientar las vidas de sus hijos.
Es decir, se descontaba que determinados especialistas podrían acompañar a los padres en la crianza;pero no se trató de acompañarlos sino de dirigirlos. Esta es la diferencia fundamental con lo que podemos pensar hoy en día, cuando descontamos que los propios grupos de familia pueden encontrar los resortes que les permitan entenderse mejor con sus chicos. Lo que no significa idealizar a las familias y suponer que «naturalmente» acertarán en todos y cada uno de sus manejos con los hijos.
Esta es una variable fundamental : los maestros y maestras no son los únicos que pueden enseñar: los alumnos, los chicos o los adultos, tienen incalculables caudales de conocimientos, saberes, intuiciones y experiencias que son necesarios, enriquecedores, inquietantes, cuyos contenidos no conviene perder, es decir, ignorar, o dejar de escuchar.
Históricamente la escuela postergó o ignoró los saberes de sus alumnos, por considerarlos inútiles o producto de la ignorancia; en realidad se trataba del poder hegemónico de esa institución que se caracterizaba a si misma como la guía de la socialización de los niños y de las niñas, y garante de los contenidos que cada uno de ellos debía incorporar; las revisiones de que surgieron de los mismos pedagogos modificaron el planteo y hoy se escucha lo que los alumnos aportan con intención de aprovecharlo.
Es la misma mecánica que se pone en práctica cuando hablamos de acompañamiento de los padres en esta nueva versión de la Escuela para Padres.
El acompañamiento reside en proponer ideas, puntos de vista, incorporar conocimientos e informaciones que quizá sean nuevos para ellos ; personalmente recurro a las concepciones actuales del psicoanálisis y me apoyo en la práctica del psicoanálisis con niños y niñas, con adultos, o trabajando con parejas y con familias.
Es una política que se distingue de la que utilicé originalmente cuando les decía a los padres qué es lo que debían hacer; si bien, mi experiencia me demostró que , en oportunidades , cabe arriesgar ese estilo, por ejemplo, cuando el desconcierto de los padres se torna paralizante .Los ejemplos aparecerán a medida que se publiquen los sucesivos capítulos.
Mantengo el nombre Escuela para Padres porque al haber sido fundacional impregnó el imaginario social, o sea, es la comunidad la que demanda aprender y asocia ese pedido con una enseñanza que suponen, deberá provenir de una escuela.Sabemos que no es asi.

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