Erótica y mujer

Este artículo compendia algunas ideas que expongo en un ensayo con el mismo nombre,y que forma parte de un libro en preparación.Las tesis que  desarrollo fueron discutidas en el Foro de Psicoanálisis y Género en 1996  Texto editado por la Revista Topia  Año 7, Nº 21, Nov 1997

Este artículo compendia algunas ideas que expongo en un ensayo con el mismo nombre,y que forma parte de un libro en preparación.Las tesis que desarrollo fueron discutidas en el Foro de Psicoanálisis y Género en 1996 Texto editado por la Revista Topia Año 7, Nº 21, Nov 1997
Como en cualquier otro campo, los estudios que se ocupan de la sexualidad encubren ideologías y axiologías que impregnan sus nivele de análisis. Se lo advierte , entre otros modelos,en la fusión sexualidad-erotismo. De este paradigma deriva el supuesto que afirma como equivalentes al orgasmo y al placer,proponiendo una visión homogeneizante de la vida sexual.
Otro supuesto que adquirió carta de ciudadanía en nuestro medio a partir de la década del 80 reside en afirmar:»la mujer tiene derecho al placer»(que equivale a derecho al orgasmo).La palabra derecho remite al plano jurídico , a los derechos humanos y a las éticas. Se trataría de algo de lo cual no debería ser privada. En caso de que lo fuera, ¿ante quién se reclamaría?La utilización de la palabra derecho obtura la formación de un corpus teórico que complemente y ajuste el existente acerca de lo que entendemos por sexualidad. Una vez instalada la palabra derecho se instituye un sistema de coincidencias intelectuales y complacencias que desvirtúa el análisis de erotismos y género mujer.
La percepción que ambos géneros (por referirme sólo a dos) tenemos acerca de los derechos,habitualmente no registra la ignorancia que sobrelleva el género mujer respecto de su anatomía,su fisiología , ignorancia que se extiene a la evaluación de su mundo fantástico y a la relación que existe entre todo ello y la contrucción(Giberti 1989) de su goce(**) y de su placer.
La Erótica estudia la relación entre los placeres y la cualificación de los mismos;mediante la cualificación ,que implica diferenciación, se distingue de la serialidad.Esta reduce el placer a la repetición de la misma índole de prácticas,en espera de un placer experimentado. Cuando la Erótica estudia el placer como alivio de la tensión, desemboca en el mantenimiento de la misma y en la postergación del orgasmo : los efectos de dicha postergación forman parte de la construcción del goce.
Desde una perspectiva tradicional encontramos el estudio de las prácticas que tienden a transformar lo cuantitativo del placer: mucho o poco placer, en una producción serial.O sea,una serie de relaciones sexuales que pueden clasificarse según el ritmo de la serie,se repite una descripción de lo conocido, del placer ya experimentado ,en el sentido de saber-imaginar con qué se va a encontrar quien busca ese placer.Una serie de orgasmos de índole reiterada,por lo reconocibles.
En cambio,las prácticas que intentan refinar la complejización que produce la noción de calidad(intensidad,originalidad,etc.) construyen el erotismo en forma de goce de modo inverso-si bien complementario- a la concepción clásica del placer como alivio de la tensión.
Esta distinción pone de manifiesto las relaciones que se entablan entre las pulsiones parciales(***) -que caracterizan a los juegos preliminares- y las genitales.Se suscitan diferencias en la producción de distintas erogeneidades;por ejemplo la eyaculación busca el alivio de la tensión, encambio para el tao eyacular implica borrar la diferencia entre dos estados del sujeto(no-sexual previo y el compromiso sexual ) en lugar de mantener la diferencia.Evitar la eyaculación durante un tiempo,cuya medida cronológica está dada por cada sujeto,es una forma de sostener la tensión para evitar los riesgos de la monotonía y la serialidad.
Esta es la perspectiva que se obtiene desde una economía pulsional necesaria para la cualificación;la transformación de cantidad en cualidad está ligada al valor de la conciencia.Esta tramitación es difícil para el género mujer dada el deficit o la ausencia de simbolización relativa a su vida sexual,a la sexualidad en general y a su cuerpo en particular.Es preciso tener en cuenta la falta de palabras capaces de mentar la anatomía de las mujeres.
Si analizamos esta realidad desde las experiencias de infancia ,admitiremos que la palabra que se escucha y alrededor de la cual se estructura el preconciente,tiene eficacia antes que el Yo pueda expresarla:las omisiones de las palabras identificatorias de la sexualidad y del sexo no-reproductor sino asociadas con el disfrute de la vida sexual,no son las que escucha una niña siendo pequeña.Determinadas palabras se convierten en anclajes debido a la verificación de la parte del cuerpo que mencionan,mientras otras fundan porciones del cuerpo que no se ven:vagina, o que no se registran:clítoris y vulva(****) .Si se las utilizara ingresarían como huellas mnémicas aunque no fuesen comprendidas inmediatamente,pero mediante el après coup se tornarían eficaces en el momento oportuno.
No se trata de postular un nominalismo esencializador,sino de tener en cuenta que la palabra,como soporte de la historia del propio cuerpo-de sensaciones representadas o no verbalmente,simbólicamente-es un punto de inflexión.No es lo mismo simbolizar cuando se dispone de fonemas previamente escuchados,que simbolizar a partir de las omisiones que el lenguaje socializado propicia.A lo que debemos añadir la histórica descalificación de la sexualidad de las mujeres: desdeEva que adhirió al deseo sexual tentada por la serpiente(*****) y lo emblematizó en un fruto mordido, lo que le valió la expulsión del Paraíso y la responsabilidad de haber iniciado en el pecado a Adan, hasta las diatribas e insultos con que se designan el sexo y el goce de la mujer.
Según la canónica patriarcal la mujer es»loca». Los locos son aquellos que carecen de palabra o las equivocan.Si existe alguien que no dispone de lenguaje para nominar las zonas de su cuerpo , ni su sexualidad ni la producción de sus goces, ni permitir la circulación de esos datos, ésa la mujer. Loca como las locas que carecen de la palabra representativa de lo recóndito.
Groddeck (1981) había comentado esta ausencia de palabras al referirse a una voluptuosidad femenina sin nombre.
Investiduras y»estar fuera de sí»
Algunas investiduras preconcientes cumplen una función inhibidora de procesos inconcientes:los placeres preliminares generan el abandono de esas investiduras preconcientes;se pierden de ese modo las investiduras de las inhibiciones. Se facilita entonces el desencadenamiento de respuestas orgásmicas.
Los mecanismos inconcientes que tienden a entregarse al placer son frenados por los mecanisos inhibidores destinados a regular el abandono al mismo.Las pulsiones parciales le quitan fuerza a dichos mecanismos inhibidores, los disuelven;y las pulsiones parciales presionan en busca, justamente,de producción de placer al estimular las zonas erógenas de forma tal que surge un afecto placentero.
Pero cuando la pulsión está dominada por la realidad exterior, el sujeto no construye placer puesto que no se desinhiben los mecanismos inhibidores de su funcionamiento en niveles inconcientes.Cuando prevalece el Yo de placer,la tensión y las descargas son intensas y el Yo puede quedar fuera de sí,vuelto hacia el otro(el partenaire sexual) (Maldavsky 1996) . A ese otro le cede la posición activa,de allí la famosa expresión de «entrega»; el Yo fuera de sí se pasiviza, entonces se «entrega al otro».
En este punto se plantea la paradoja del goce en la mujer,porque ella dice -y a menudo cree- que»se entrega» sin haber pasado primero porestar fuera de sí, lo cual la conduciría a estar vuelta hacia el otro recién cuando atravesó un placer o un goce intensos. El goce estaría provisto por una pulsión irrestricta, desenfrenada, en las que enhebrarían pulsiones parciales que conducirían a ese estar fuera de si.En ese estado se anuncia algo que se anhela, se busca y se teme, y a lo que ya no se puede renunciar . Es una sensación-vivencia-experiencia diferente de las que acompañan a los placeres cotidianos y benevolentes que se utilizan cada día.
Los aportes que el género masculino produjo acerca de las experiencias de goce y de placer los asocian con la petite morte (Bataille 1980), asociación discutible desde las vivencias del género mujer ; quizá la experiencia de vaciamiento seminal que experimenta el varón lo conduzcan a pensar en la muerte cuando recuerda su pasaje por el orgasmo:no es ésa la memoria de las mujeres gozantes. Ellas registran intensamente un goce que no vinculan con morir sino con expandirse o con otras vivencias no tanáticas.
La mujer suele pasivizarse salteándose el pasaje por ese estar fuera de sí, que constituye un momento temido por ella,dado que implica una entrega activa, paradojalmente, regulada por la pasivización del Yo activo eróticamente.
Para lograr estar fuera de sí tiene que poder desinvestir los mecanismos inconcientes que se ocupan de inhibir el placer. O sea, debe liquidar los mecanismos inhibidores del placer.La educación , la socializacón se ocuparon de enseñarle a investir a partir de la prohibición de gozar sexualmente.
Entonces, la»entrega»se convierte en entrega pasiva al yo activo del varón quien supone que cuenta con la entrega activa que él conoce. Es frecuente que la mujer carezca de ese estar fuera de sí que , cuando existe,se localiza en la cara de quien goza(Giberti 1984) . De allí el interés masculino por mirar la cara de la mujer en trance orgásmico: en ella encuentra el falo (Giberti 1993) . La evidencia rotunda de ese rostro como espejo del goce fué diseñado por el Bernini en su obra Santa Teresa . El estremecedor registro (que en código de escritura se acompaña con el verso «muero porque no muero» ) no sólo figura en la tapa de una edición del libro El Erotismo deBataille, sino en la tapa del seminario de Lacan (Encore).
¿Por qué, siempre, se recurre a la cara de la mujer para trasuntar el goce?¿Será tal vez el intolerable rostro de la madre en trance gozozo?Rostro creado como transposición del propio placer y del propio goce pero imposible de mirar en una misma; creación del objeto en el cual vemos reflejado el goce-de-si que trasciende fuera-de-si.
La predilección del genero mujer por los juegos preliminares puede asociarse al refinamiento que exige la postergación(******) en la construcción del goce.En la postergación se mantienen los ritmos que se anudan al Yo de placer que trepa, retrocede,se alza y se detiene; porque el Yo de placer no se entrena en el estar fuera de sí. Privilegia un sentir a medias-o no sentir- unido a la realidad exterior donde otro Yo espera y donde la descarga es atenuada.
Los juegos preliminares desinvisten las representaciones preconcientes sostenidas por el deseo en el que la mujer se representa y representa a otro en una situación erótica. Pero ciertas representaciones-palabra son delegadas del Superyo , investidas para prohibir.
Iniciación y palabras
Las representaciones preconcientes y las huellas mnémicas pueden actuar de manera defensiva frente a las representaciones inconcientes. Por ejemplo, cuando una paciente escucha a su terapeuta registra palabras que producen nuevas inscripciones de representaciones en el preconciente;éstas carecen de función defensiva y se articulan con las representaciones inconcientes camino al levantamiento de la represión,lo cual produce angustia.También se lo advierte en determinadas cursos destinados a la educación sexual o,bien en los grupos de estudio destinados a avanzar en territorios de la Erótica (Giberti 1987-1991).
La liberación de las investiduras inconcientes sofocadas se acompaña con angustia porque ésta estuvo en su origen,asociada con el placer. Cuando se tocan o se explicitan, o se conectan determinados temas, surge la angustia. Entonces, la angustia mediaría entre la exigencia pulsional de cada una y las conductas eróticas gozozas o placenteras que se describen o se recomiendan cuando se enseña Erótica.En esas circunstancias se advierte cómo-con cierta frecuencia- las mujeres enrojecen y los varones se ponen nerviosos.
Lo que se explicita en una clase puede levantar parcialmente represiones y de ese modo se cumple una función facilitadora a través del lenguaje y también propicia la expresión de quien escucha.En esos momentos se produce un pasaje que responde a la nueva investidura que se creó al ejercer el lenguaje entre mujeres.Hablar es apropiarse de algo, transgrediendo el interdicto que lo impedía.
La angustia media entre las pulsiones o deseo de quien escucha y las palabras que abren la alternativa de la liberación. Lo que se escuchó facilita la puesta en acto en relación con lo aprendido al mismo tiempo que disuelve investiduras destinadas a inhibir. La angustia ocupa el lugar de pasaje que correponde a la marca del conflicto que coadyuvó en gestar la represión.
En la relación sexual ocurre algo semejante, con la diferencia de que en ella no se aportan representaciones preconcientes sino percepciones o vivencias. La excepción se presenta cuando durante la relación se conversa y el varón solicita algo que lo conduce a toparse con sus propias representaciones y con las de su compañera; en estas circunstancias es posible el surgimiento de una representación preconciente , si bien no obturada por un juicio superyoico. Así sucede cuando alguien opera como iniciador/a o como maestro/a y neutraliza parcialmente la función superyoica mencionada.
La mujer otorga al varón la responsablidad de actuar como iniciador ; para que la misma resulte iniciática es preciso que su efecto sea duradero: no es lo mismo la docencia iniciática cuya tarea finaliza con palabras (docentes o terapeutas), que la actuación del iniciador que ejecuta acciones comprometidas con su cuerpo. Esta experiencia suele crear dependencia emocional en la mujer, en lugar de una introyección simbólica de lo acaecido y lo sentido en el preconciente.Tal vez esta dependencia sea el efecto de carecer de palabras que permitan el entrenamiento del lenguaje acerca del propio goce y del propio cuerpo.Si así sucede el varón ocupa la posición de un par en la realización del acto y no de alguien del cual se depende.
La iniciación mecánica es aquella que,contando con la decisión de la mujer sucede por vez primera (Bardet J. et alter 1994) y en ella se finaliza el contacto ,y otra es la iniciación mediante el aprendizaje continuado. A veces, la mujer no logra identificarse con los actos del varón,sea con los actos en sí o con la intención masculina de promover en ella el disfrute sexual; entonces la responsabilidad del goce femenino queda encapsulada en los procedimientos del iniciador sobre ella. Debido a lo cual es preciso crear un discurso:»ese hombre me hizo mujer», expresión en la que ella claramente excluye su participación y evidencia una «entrega» pasivizada, carente del estar fuera de si.
Se logra la identificación cuando se incluye un camino simbólico que excede al acto iniciatico,o sea, se trata de una identificación con una misma en el disfrute de lo que se aprendió. La mujer atraviesa una ceremonia de iniciación:me refiero a la identificación de una consigo misma mediante las acciones del/a otro/a sobre nuestro cuerpo.
La identificación se relaciona con el reconocimiento desde el Superyo que afirma «Podés gozar’, o «Ahora sos mujer». Sin embargo es posible construír el goce y al mismo tiempo padecer un repudio superyoico que conduce a gozar con culpa; y una vez finalizado ese goce se lo odia. Lo cual es diferente de un Superyo que acuerda con ese gozar lo cual autoriza que esa mujer se invista con una identificación consigo misma que remitirá a sus experiencias de goce y placer.
En este artículo me refiero al género mujer ,pero cabe recordar que todas y todos precisamos iniciadores, en los actos y en discurso.
Estudiar Erótica abre nuevos espacios para el goce mediante la palabra; el genero mujer avanza en una región que le había sido vedada y en la cual se esperaba que sólo cumpliese la función de acompañante.Sin convertirse en una práctica masiva,el estudio de esta disciplina en formación convoca a quienes,en lugar de limitarse a repetir lo aprendido ,crean nuevas plenitudes y nuevos disfrutes.
ð Actualmente Eva Giberti es miembro honorario de SASH (Sociedad Argentina de Sexualidad Humana) .
Notas y Bibliografia
(* )Este artículo compendia algunas ideas que expongo en un ensayo con el mismo nombre,y que forma parte de un libro en preparación.Las tesis que desarrollo fueron discutidas en el Foro de Psicoanálisis y Género en 1996 .
Los aportes que incluyo forman parte de los temas que analizamos en los grupos de estudio que acerca de Erótica coordino desde1974, y del programa de la Catedra Introducción a la Sexología en el postgrado de la Universidad de Belgrano que estuvo a mi cargo desde1973 hasta1985. Fué el primer curso universitario que acerca del tema se dictó en Américalatina

(**) En Erótica,el goce se diferencia del placer en lo que hace al refinamiento de las funciones yoicas que lo propician; una de las variables ineludibles en su construcción es la capacidad de postergación,opuesta al desencadenamiento veloz del reflejo orgásmico.No tiene relación con la tesis lacaniana.Cf.GIBERTI E.: EROTICA;el placer, el goce, lo obsceno, la mujer y la transgresión, en ACTUALIDAD PSICOLOGICA ; Abril y Mayo ;1984.
(***) En las pulsiones parciales, la sexualidad constituye un agregado,un plus que no dimana desde la satisfacción de la necesidad sino que se instala durante su funcionamiento (de acuerdo con la tesis freudiana).Se trata de una ganancia adicional de placer que no deriva del alvio de la tensión. Recordemos que con el alivio de la,tensión se produce una descarga que se evalúa cuantitativamente, pero la vivencia de satisfacción que la acompaña se evalúa como cualidad. Esta cualidad es la que Freud asoció con la noción de ritmo.
(****) Como resultado de las recomendaciones acerca de la educación sexual numerosas familias decidieron ponerle nombre a la anatomía de las niñas;debido a ello encontramos, en los jardines de infantes,a nenasque hablan de su «vaginita», cuando en realidad se refieren a su vulva. El desliz no es asombroso : la vulva no es recinto para el pene, como la vagina, lugar por el cual, además, nacen los hijos. Quizá debido a ello clítoris y vulva aún no ingresaron habitualmente en la verbalización doméstica, adherida a la imaginería patriarcal.Cf.GIBERTI E y LA BRUNA L:SEXUALIDADES,DE PADRES A HIJOS;Ed.Paidos;1995
(*****)Recordemos que la serpiente, animal sagrado en las mitologías y sagas del Oriente Antiguo, representaba la sexualidad de la mujer y su fecundidad.Su elección para protagonizar la tentación en el mito bíblico (aunque afirma que la serpiente es una transformación de Satanás), confirma el significado de otras mitologías.
(******)La Erótica es una disciplina en formación,que no formaliza sus contenidos ni sumetodología,debido a una de sus caracteríticas fundamentales:la imposibilidad de discernir entre aquello que se considera erótico o no, según el registro subjetivo.La subjetividad es uno de los ejes de estudio de la Erótica, junto con lo sugerido, la transgresión y la postergación.Cf.GIBERTI E.: La Erótica, Op.Cit.
BARDET J.,CASSIN E., CHIARA V. y otros: LA PRIMERA VEZ; Ed.Sudamericana;1994
BATAILLE G.: EL EROTISMO ;Tusquets Ed.; Barcelona;1980
GIBERTI E.: EROTICA: el placer, el goce, lo obsceno, la mujer y la transgresión, en ACTUALIDAD PSICOLOGICA ; Abril y Mayo 1984
GIBERTI E.: La Erótica, etc.Op. Cit.1984
GIBERTI E.: Los objetos eróticos, en ACTAS DEL IV CONGRESO ARGENTINO DE SEXOLOGIA Y EDUCACI´ON SEXUAL; Tomo II; Bs.As.;1989
GIBERTI E.: Erótica:grupos en reflexión en ACTAS DEL PRIMER CONGRESO DE PSICOANALISIS DE LAS CONFIGURACIONES VINCULARES; 1991; Bs.As. Cf.también Grupos de estudio acerca de Erótica,en MUJER Y ESCRITURA; Comp.S.Itkin ; Ed.Puro Cuento; Bs.As.; 1987
GIBERTI E. : Mujer en una erótica del sida, REVISTA ARGENTINA DE PSICOLOGIA; Nº 42;1993
GIBERTI E. y LA BRUNA L.: SEXUALIDADES, DE PADRES A HIJOS;Paidos; 1995
GRODDECK G. : EL LIBRO DEL» ELLO´´;Taurus; Madrid;1981
MALDAVSKY D. :Comunicación personal.1996.

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