Yo lo vi

Eva Giberti
Publicado en Pagina 12- 6 de diciembre 2012

Lo  traian, arrastrándolo, sujetándolo desde las  axilas.Los pies apenas rozaban el suelo, a pesar de su estatura, pero las rodillas no podian sostenerlo. Habian logrado cubrirlo con una camisa y el pantalón,.La cabeza caida  sobre el pecho, sin cara que me permitiera reconocerlo. Era Hernán,mi hijo.Acababan de interrumpir la sesión de tortura, sin que aquel que diera la orden “¡ Traigan a Invernizzi!” ,se imaginara que lo habia dejado en ese  estado
El oficial no ignoraba que eso estaba sucediendo,pero el teniente coronel se descuidó. Pretendió ser gentil, aun  sabiendo que ese detenido era “su” detenido y debian garantizar su vida y su estado.Por lo tanto,no ignoraba las torturas
Cuando ese oficial me reconoció en el ingreso/admsión del Regimiento 1 de Patricios, lugar donde yo sabia  que lo habian transladado-si bien la información oficial era: “no se sabe dónde está.Seguramente fugado” detuvo su auto.  “Señora! Qué necesita?…”me preguntó
Me acompañaba mi abogada, experta en haber ensayado habeas corpus de otros detenidos  quien rápidamente se presentó con nombre y apellido.Entonces el oficial  nos invitó a subir a su automovil,mientras comentaba.””Que barbaridad! ¿cómo pudo pasarle esto a usted! Yo eduqué a mis hijos leyendo su Escuela para Padres…..”No le crei. Yo sabia lo que durante décadas habia escrito acerca del  despotismo.Pero fue la cortesia que se le ocurrió.
Simteticé
“Vengo a ver a mi hijo, porque yo se que está aquí…Y le traigo ropa y productos para la higiene…” Absolutamente segura que allí estaba él.Cuando hayan transcurrido otros veinte años, alguien contará cómo lo supe y por qué no dudaba.
Atravesamos los jardines,llegamos a Policia Militar 101(que tenia entrada por Cerviño) e ingresamos por un portònEl oficial,un teniente coronel,continuanba conversando con nosotras. Hasta que ingresamos a un gran patio , seco y marón con algunos bancos contra las paredes, y un par de puertas que coducian a la zona de los calabozos .Algunos onscriptos soldados caminaban  en silencio y repentinamente dejaron de estar,
Allí  el teniente coronel me dijo  “Ahora lo van a b uscar para que usted lo vea y converse con el. Unos mintos, porque está incomunicado…”
Me demostraba el favor que me estaba  hacieno porque yo habia  escrito Escuela para Padres, texto reconocido por la comunidad
Mientras nos sentábamos mi abogada,mucho más alerta  y veloz que yo, comprendió que seria preciso entretenerlo y comenzó a darle conversación acerca de temas políticos. Hasta que se abrio una puerta y yo lo vi, ingresando,llevado a rastras, en ese patio seco y marrón.
Me puse de pie e intente abrazarlo.Inutil, se le vencian las piernas.Me senté,se arrodilló como pudo y apenas balbuceó: “ Me habian dicho que estabas gravente herida, en el hospital, que confesara antes que te murieras…”  Y sollozó.
Un hedor a alcohol lo rodeaba. “¿Que te estan dando?, atine a preguntra.Cas sin poder articular las palabras contestó: “Me dan vino con pastillas, no se de que, dicen que para que hable…”
Recien entonces, apenas separada del inverosimil abrazo  de medio cuerpo puede mirarle la cara,negra por los moretones que los trompazos habian marcado.
El teniente coronel, que no esperaba esa escena,ni el brutal  testimonio de la tortura intentó acercarse, pensando que estariamos  transmitiendonos mensajes en clave.
Con tono militar “Señora, ya no puede permanecer más…”
Mi abogoda que n o se apartaba de él, volvió al diálogo y llego a decirle: “Pero si él no puede hablar…. La madre tiene derechos”…
“Pero no”, gritó el oficial, “si está incomunicado!!”.Esa voz me llegó de costado , yo solo queria escucharlo a Hernan, que me acariciaba, como podia porque no lograba levantar los brazos, para decirme, “estas bien, estás bien…”
Dos tipos apareciron en una de las puertas del patio, uniformados de fagina;venian a buscarlo para retomar la tortura que la imprudencia del  teniente coronel les habia arrancado de las picana , de los culatazos con  fal y de la intoxicación con  drogas estimulantes y alcohol.
¿Qué me dijo y que le dije al teniente coronel?. No tiene importancia,.Habiamos transcurrido .de manera insólita e imprevista veinte minutos juntos en ese patio  entre balbuceos, sangre y un cuerpo dislocado,  mientras yo apretaba dentro de mi cartera un cepillo de dientes y un pan  de jabón  de tocador.
El teniento coronel se quedo en el interior de la Policia Militar,predio que hace añosfue vendido yalli funcionan ahora una sede de Easy y de Jumbo y nos mando de vuelta en otro auto.
Transcurrieron muchos años Durante  ese tiempo, miles de madres podian haber imaginado esta misma escena.Todas ellas sabian qué es la tortura , todos los torturados y torturadas lo cuentan.El Nunca Más fue explicito en todos los horrores posibles.
Pero es preciso refinar los testimonios porque los medios publican e la Causa Esma, la Causa La Perla, narran cómo las mujeres   parieron sus hijos en cautiverio esposadas a  una camilla, describen los Vuelos de la Muerte en la esfera pública y aprenden quienes quieren aprender .Los que no precisan recordar y los que recuerdan forman  parte de ese universo de “aquellos años”, que algunos -cómplices actualmente conocidos-pretenden se inscriban en la reconciliación. O bien nos dicen que los derechos humanos son muchos y que no hay razón para ocuparse específicamente de lo ocurrido durante el terrorismo de estado porque esos recuerdos fracturan a la comunidad y sumergirlos es lo prudente, Negándose a reconocer el conflicto de valores que este gobierno instituyó como presencia ética e insoslayable, como una lógica dominante en la historia de los derechos humanos
Por eso el testimonio de lo que se presenció busca rescatar una escena paradojal  donde alguien vió lo que no debia ver,mientras otros hacian lo que no debian hacer y otro en representción pretendidamente cordial buscaba insertar la excepción para ser evaluado como uno de los que se considerarían más  tarde derechos y humanos.
 La perversidad del modelo que generó la paradoja siniestra, (un oficial fingiendo ser cordial con la madre de un detenido y errando en su cálculo almostrar lo que no debia ser conocido)  sirve para anticipar que lo que vino después ya formaba parte de la organización mental de quienes luego diseñaron  La Perla,la Esma,la Cacha y todo lo demás.
Porque a Hernan,  yo lo vi en setiembre de 1973, en el embrión del terrorismo de estado.

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