Sintesis de un capitulo del libro Adopcion y Silencios.
A caso los dos hijos no son hijos? Que importancia podrá tener la diferencia sexual?
Estas son algunas de las preguntas que se formulan los padres cuando advierto acerca de este tema: no se trata de una diferencia sexual sino de una diferencia entre géneros, el genero mujer y el genero masculino.
Los seres humanos tenemos sexos distintos pero no es esa característica lo que nos identifica como hombre o mujeres, sino el modo, el estilo con que cada cual se comporta según sea la época y la región en que vive. Según sean las pautas culturales y según el acatamiento a estas pautas las nenas y los nenes tendrán conductas diversas, por ejemplo, décadas atrás, las nenas debían, vestirse con ropa que se definía como femenina, con profusión de moños, lacitos, florcitas y delantalcitos almidonados. Ese vestuario, acompañado por las muñecas como juego predilecto quería decir que era una nena. Y si sentía placer al treparse a los árboles se la descalificaba con el apelativo de «machona». En paralelo, si un varoncito intentaba jugar con un muñeco inmediatamente se lo corregía porque «esos no son juegos para varones» o sea, se convertía la anatomía en un cerrojo, en una cárcel para cada chico o niña, debido al desconocimiento de la idea genero.
El genero se refiere a las características psicológicas, culturales, sociales de cada ser humano, sostenidas por la anatomía pero reguladas por otros componentes: la edad, la etnia, el grupo social de pertenecía y otras variables.
Entonces adoptar una niña no es igual que adoptar a un varón, porque las expectativas de los padres son muy distintas. Me limitare a señalar una de ellas, cuando la nena llega a la pubertad, y la menarca anuncia una nueva experiencia en la historia de su cuerpo, suelen aparecer miedos particulares en la familia adoptante y habitualmente la mama se pregunta si su hija correrá el mismo riesgo que su madre de origen. Teme que esa criatura que ella educo con cuidado, pueda reproducir la conducta de la mujer que la concibiera y desemboque en un embarazo no deseado. Es obvio que este no es un temor que aparezca en las familias que adoptaron un varón.
En este punto el genero tiene una apoyatura concreta en la anatomía de la adoptiva pero al mismo tiempo se juegan las ideas de la familia adoptante acerca de la «lo que debe ser una mujer», lo cual forma parte de la filosofía y de las convicciones de los padres. Si se piensa que lo mas importante para una mujer es «ser madre y cuidar de sus hijos», se transmitirá a la hija ideas convencionales y decididamente discutibles en el mundo actual, pero si se le enseña que ser mujer significa ser una persona que puede encontrar diversos caminos para realizar su personalidad y que uno de esos caminos podría ser la maternidad, el contenido de lo que se enseña es notoriamente diferente.
Si se idealiza la maternidad como una actividad prioritaria, y se transmite que toda mujer debe tener hijos y ocuparse de ellos, se aumentara un conflicto, que, frecuentemente, se hace presente en la púber adoptiva: cuando ella sienta la necesidad de identificarse con una figura materna, como fenómeno propio de esa edad ¿a quien elegirá como modelo?
¿A su madre adoptante , que es realmente su mama pero que no tuvo panza que no pudo llevar-la en su útero? ¿O la que fue su madre de origen, que la concibió y la transporto en su vientre pero que después debió entregarla en adopción? ¿Por donde pasara el deseo de esa púber? Elegirá a su madre «buena», la adoptante implica identificarse con quien no pudo concebir. Y buscar su identificación con la madre del origen puede resultarle peligroso.
Cualquiera sea el juego y combinatoria de identificaciones que cada púber ensaye, es probable que se confunda y tenga dudas importantes.
Según haya sido su aprendizaje acerca de lo que significa ser mujer-estimulado por los mensajes que emiten los medios de comunicación y por los comentarios que circulan en la vida social los contenidos de ese aprendizaje pueden contribuir a aliviarla o a complicarle su historia de púber.
Si aprendió que una mujer puede concebir contra su deseo, y que además, mantener al niño con ella le puede resultar imposible por muchas razones, y que eso no significa que se convierta en una persona despreciable, quizás podrá pensar en las mujeres que entregan a sus hijos e adopción, con un criterio de realidad y regulando sus sentimientos respecto de su madre de origen y si aprendió que muchas mujeres necesitan y desean poner en practica su maternidad, pero les resulta imposible concebir, podrá pensar que esa mujer que es su mama adoptante tiene sentimientos y posibilidades económicas que la autorizan a buscar una criatura para maternarla. Es decir, adquirirá un conocimiento fundamental, existen diversos modelos del ser mujer, no existe una esencia femenina, ni una esencia masculina, ser hombre o mujer depende del género es decir, de cómo cada cual instrumente su historia de vida. Entonces, haber adoptado un varón o una mujer posiciona de manera diferente a los padres, porque según sean sus hijos se sientan personas que forman parte de un genero, es decir, que se reconozcan como sujetos sociales, y no solo cuerpos sexuados.