En 1983 el triunfo de un gobierno constitucional facilitó la aparición de una creencia de corte darwiniano : muchos supusieron que como producto de una evolución-como la de de los monos que evolucionaron rumbo a los humanos- se había garantizado la democracia.
En nuestro caso habría sido la evolución del pensamiento político de una sociedad y la resistencia contra el terrorismo de estado los que lograron ese estatuto de legalidad denominado democracia,del cual se creyó que ya no se podría retroceder. Como cuando los chicos crecen y se convierten en adolescentes y luego en adultos.Esa creencia permitió que aquellos que durante los años de horror adhirieron a la represión ,así como quienes jugaban al «Yo no sabía lo que pasaba!», fueran integrados en las prácticas democráticas recién amanecidas; ¿qué peligro había? Muchos de ellos,particularmente miembros de partidos políticos, salvando honrosas excepciones, se reacomodaron velozmente y ocuparon las plateas desde donde se miraba lo que había ocurrido como si recién se enterasen. Otros,en cambio aun hoy sostienen «Estábamos mejor cuando gobernaban los militares» y rememoran los tiempos en que los muchachos llevaba el pelo corto y en las radios no se escuchaban malas palabras. Por su parte,los nostálgicos del «Deme dos» en Miami, también añoran aquellas épocas.En paralelo,hoy en día, un universo de gente armada que cobra sueldo como agentes de seguridad , restaura la violencia emblemática del terrorismo de estado, y teje una nueva trama de balazos alrededor de jóvenes indefensos.
Estos ciudadanos, desde los que ahora recitan discursos democráticos como si los creyeran, hasta los que continúan convencidos de lo necesario que fueron los»excesos» contra «la subversión»(con una multiplicdad de modelos entre uno y otro extremo) ,gestionan sus deseos de «otra cosa» diferente de la democracia actual..Para ello alientan ideas que sustituyen simbólicamente los modelos de la dictadura: afirman que pobres hubo siempre y no asumen la diferencia entre los pobres y quienes desembocaron en la miseria, piden encarcelar a los chicos que transgreden la ley a partir de los doce o catorce años, se oponen a los derechos del genero mujer cuando estos implican autonomía de decisiones respecto de su propio cuerpo ,etcétera. Es una producción de ideas que sustituyen ,disimuladamente, los postulados socioeconomicos y psicológicos que sostuvieron los represores. Una de las dificultades para desenmascarar los enlaces de esas ideas con el núcleo ideológico de la dictadura , reside en creer que las democracias una vez iniciado su trayecto comprometen la responsabilidad moral y solidaria de toda la población.
Producciones,reconocimientos y circulaciones
Distinguimos entre una producción de ideas , un reconocimiento de las mismas por otros(que no son siempre quienes las produjeron), y unacirculación de las mismas.Tres categorías distintas con circuitos propios: se pueden producir ideas que no sean reconocidas o que no circulen o que resulten significadas de un modo opuesto a lo que originalmente quisieron transmitir. Me parece interesante utilizar esta perspectiva puesto que el 24 de marzo tanto los medios de comunicación así como otras instancias ciudadanas serán(seremos)responsables por la producción de un paquete de datos y significaciones acerca de lo que hicieron los represores y .lo que hizo la resitencia;con la pretensión de informar a los jóvenes y de revitalizar los recuerdos. Pero, si lo que producimos enfatizase sobre lo visible de lo ocurrido, mantendríamos en un cono de sombra a quienes acompañaron, de un modo o de otro, a los represores. Recordar su indiferencia hacia las víctimas o sus justificativos para atenuar los delitos cometidos por la represión en nombre del «orden social» (en lugar de promover intervenciones legales en aras de ese orden), significará poner de manifiesto la existencia de ciudadanos cuyo perfil no se acompasa con las demandas de la democracia.Conviene hablar de ellos en esta fecha ,porque su existencia, perfectamente evaluada desde las cúpulas del poder político, funcionó como soporte de la obediencia debida y del indulto:se descontó que ese segmento de ciudadanos no se opondría ni a la una ni a la otra.No sería excesivamente complicado instalar la impunidad, en especial si tenemos en cuenta el entusiasmo con que los gobiernos constitucionales coadyuvaron a desactivar la presencia de los organismos de Derechos Humanos, líderes de la resistencia. Impunidad no sólo quiere decir «sin castigo merecido».También significa «quedar a salvo», es decir, garantizada la seguridad a aquellos a quienes no se castigó.
La impunidad no brotó de repente cuando la obediencia debida y los indultos avanzaron sobre el cuerpo de la Justicia ; tuvo una gestación larvada en las convicciones y los sentimientos de aquellos sectores de la población y en aquellos representantes de partidos políticos fascinados con los procedimientos»enérgicos» de las fuerzas de seguridad , los que eran capaces de arrastrar en montón a estudiantes , a obreros y a los amigos de los estudiantes y los obreros ; a los militantes , a los simpatizantes y a los que disentían con los criterios del gobierno de facto. (No se me escapa que el indulto tuvo un beneficiario que,aparentemente,no formó parte de la represión organizada por el poder gubernamental.También él quedó fuera del alcance de la Justicia,lo que me permite incluírlo en la dimensión de los que fueron favorecidos sin cumplir condena).
Excrecencia y naturalización de la impunidad
Mientras transcurra esta semana se escucharán las palabras que abran espacios para los recuerdos y para los aprendizajes de los jóvenes.Se encontrarán novedosas maneras de producir paquetes de información que ahora cuenta con otros datos: desde los arrabales de la memoria se hicieron escuchar Scilingo y algún otro semejante. También bostezaron y se desperezaron discursos vestidos con el uniforme de la autocrítica; todo ello permite gestar nuevas producciones y analizar otras variables .Será preciso combinar dichas novedades con las ideas de quienes de un modo u otro sostuvieron al terrorismo de estado , y con las decisiones gubernamentales que autorizaron a moverse libremente a los condenados que el Juicio a las Juntas demostró ser rabiosamente peligrosos.
De esta combinatoria surgió la excrecencia política con la cual convivimos:los condenados libres y quienes debieron ser juzgados aliviados de presentarse ante los tribunales.Excrecencia que denota el enrarecimiento que puede producirse en las prácticas democráticas cuando la peligrosidad de un grupo es capaz de producir inquietud o recelo en las autoridades constitucionales que eligen liberarlos o dejarlos a salvo de ser juzgados.
Dado que estos hechos se han producido sin que se suscitaran excesivos sobresaltos en los habitantes de nuestro país -más allá de la indignación, la impotencia de algunos ciudadanos y ciudadanas, y las solicitadas de algunas instituciones o las declaraciones personales-cabe pensar que entre nosotros se ha naturalizado la impunidad ,naturalización de lo que debería ser aberrante y el acostumbramiento a convivir con esta excrecencia de nuestra democracia.
¿Alcanzará con que los jóvenes que aun permanecen indiferentes ante lo sucedido, nos escuchen narrar quiénes eran las víctimas y quiénes los represores? ¿Ya habrán incorporado laimpunidad como una alternativa posible en la producción de los principios de la democracia? ¿Querrán incluírse en el orden del saber acerca de lo acontecido? ¿O algunos dirán » ya fué»?
Sea cual fuese la escucha que estos jovenes adopten,la responsabilidad de los partidos políticos es enorme para decodificar «lo que está siendo» , de lo cual sus militantes forman parte con más compromiso que el resto de la comunidad. Los fragmentos de una historia nacional trágica circulan entre nosotros.Y cuenta con defensores que la agitan como hecho necesario o creando campos discursivos que reproducen los modelos propuestos por el terrorismo de estado No se trata de exorcizarlos para excluírlos de los territorios de la democracia , ya que ésta sobrevive porque diariamente se entrena en argumentar frente a sus disidentes. Aceptar la diferencias-reconociendo que entre ellas hay un vacío que no se puede completar- es un principio democrático incanjeable que forma parte de la producción de ideas .Producciónque no puede ajenizarse de la memoria para no confundir convivencia con estupidez.
Durante esta semana circularán recuerdos e ideas diversas ; será necesario recordar el proyecto socioeconómico que en 1976, para concretarse , precisó diseñar un horizonte de muertes, desapariciones, robos y destrucciones de toda índole .Será necesario desactivar el discurso seductor y tramposo que sostiene la necesidad de olvidar el pasado y mirar al futuro.Será necesario producir más memoria para acumularla ante quienes intentan hacer como si no existiésemos, y pretenden ignorar a quien puede pedirle cuentas ; ponen en práctica la misma estrategia que utilizó la dictadura cuando sus mandos respondían :»No hay desaparecidos, no existen, carecen de entidad» o » estarán en otro país’. Nosotros estamos aquí.Continuamos con laproducción de discursos, de rondas, de marchas, de dibujos,de volantes, de solicitadas,de silencios encendidos, de todo lo necesario para oponerse al olvido.
Las mujeres perseguidas
Entre los perseguidos,las mujeres ocuparon un lugar novedoso:no se las persiguió por suponerlas tontas, sino por todo lo contario. Paradojalmente, la persecución contra las mujeres las consagró como enemigas peligrosas por su capacidad.Se inventaron torturas peculiares para el género mujer, inspiradas en su anatomía, y en los que se suponían sus sentimientos. Fueron evaluadas como deformación de «lo» mujer y el ensañamiento contra ellas no tuvo límites porque ,según la concepción de los represores, podrían llegar a ser peor que los hombres, ya que,según el dicho popular, cuando una mujer es mala, es peor que un varón. Y ellas eran definidas como perversas
Los represores no podían imaginarlas defendiendo una causa que creían digna , por eso, al detenerlas convencidos que ellas eran culpables por adherir a determinada política , se generó en ellos un plus de crueldad-ejercido particularmente contra los hijos- en tanto y cuanto esas mujeres les desordenaban sus certezas acerca del genero femenino.Así se convirtieron en víctimas terribles porque descubrieron que aniquilando esos cuerpos no lograrían silenciar las voces de las mujeres que persistirían en la resistencia.Porque esa resistencia fué sostenida por hombres y mujeres, cuando ambos comprendieron que el proyecto político económico que asolaba al país debía ser combatido por todos.
Ya no hace falta madrugar los domingos para escuchar la voz y los silencios más explícitos que las palabras,ni conseguir una revista apenas editada porque no hay riesgo que la secuestren.Pero las larvas segregan su gelatina con la pretensión de coagular en ella la memoria: son persistentes, resbaladizas y al calor pueden transformarse en algo impensado.