Editado en Página 12 el 23 de enero 2008
Por Eva Giberti
En materia abuso sexual-palabra que abarca violaciones,incestos exhibicionismos, manoseos y otros ataques a la integridad sexual de la niñez se ha creado una cartografia plana,sin registro de los obstáculos epistemológicos existentes Se instituye como medida única y es plana porque quienes la aplican reiteran una monótona repetición:
1)sintomatología de las víctimas : enuresis, trastornos del sueño, y otros. 2) Los efectos en el futuro de las victimas 3) La relación de las víctimas con sus familias
La tendencia clasificatoria,tan cara a la antigua retórica-aquellos que se ocupaban más de rotular que de analizar-diferente de la necesidad de clasificación cuando la metodología la demanda, se aplica hoy en dia como amparo metodológico que limita aperturas originales respecto de las enunciaciones que internacionalmente han sido avaladas.¿Que motivos pueden existir para proceder profesionalmente de este modo? Una respuesta podria estar a cargo autores que estudian la narrativa:» ¿Acaso no es el lector que requiere la posmodernidad, un lector no creador sino «reciclador» de sentidos predeterminados? «Al margen de esta crítica quienes reiteran la clasificación por estimarla necesaria para su planteo y luego escriben páginas que incorporan criterios eficaces
No se advierte el agotamiento de la palabra abuso, resultado de haber creado una aplicación semántica que pretende ser un concepto sin hacerse cargo de su etimologia,ABUSO ES UNA PALABRA QUE SE REFIERE EXCLUSIVAMENTE AL USO DE COSAS, OBJETOS. Si le añadimos deshonesto quedamos diciendo uso deshonesto de los objetos
Si hablamos de violación
Los parámetros del sistema sexo/género quedan eludidos cuando hablamos de violación ya que cualquier sexo puede ser violado.Pero los violadores son prioritariamente varones.Entonces,cuando decimos violación,la palabra arrastra consigo la imagen del varón, subrayando la figura masculina(tambien hay mujeres que violan.¿cuál es su porcentaje estadístico?).Si decimos abuso sexual omitimos la figura masculina ya que el arrastre semántico es como si dijéramos «y…abuso sexual es menos que violación…»sino tambien» no queremos enfrentarnos con la presencia del violador (habitualmente el padre, el abuelo o el hermano)». Como afirma J.A.Cuddon en su ensayo sobre el sensualismo «existe una participación afectiva o empatía del lector ante el texto»
Para la organización patriarcal propia de la canónica del Derecho, abuso sexual es aliviante respecto de violación. Siempre permite la aparición de la tangente que sostiene:»No se puede hablar de violación porque la penetración en esa niña de siete años no fue total;el ingreso peneano no trascendiò la zona vulvar donde se produjo la emisión espermática»
La tangente siempre se diseña en favor del violador de modo tal que pueda eludirse la palabra violación acompañada en el imaginario social por la figura del victimario .De ese modo se pueden deconstruir las premisas ideológicas de quienes escuchan que no ignoran quiénes violan pero que ideológicamente eligen no reconocer.Asi se recurre a la expresión abuso sexual internacional e hipócritamente avalada.Complemento del agotamiento al hablar del abuso surge el mito del abusador abusado.
¿Por qué el mito?
Porque todo mito es fundador. Se pretende fundar una política que alivie la responsabilidad de quien delinque contra niños y niñas.Carece de toda ingenuidad recurrir a la tesis de la repetición compulsiva,que practicaria el violador, asociándola a la postura de la mimesis, es decir, de la imitación que describió Girard en su planteo del chivo expiatorio, apuntando a una imitación recíproca:el abusador/violador estaria convirtiéndose en el doble de quien lo victimizara, es decir, se busca crear la cadena en la cual ese sujeto seria solo un eslabón repetido y repìtente de la cadena en la cual está fatalmente inmerso.A él lo violaron, luego él violará,incluyéndolo de ese modo dentro del curcuito determinístico.Recrea a la victima asi como fue creado él.Y sin duda habrá que rastrear al que violó al violador. Finalizaremos en los mitos bíblicos y en los griegos.Si no queremos retroceder alcanza con el Evangelio» (…)quien escandalizare a uno solo de estos pequeños que creen en Mí, mas le valdría que se le suspendiese al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno y que fuese sumergido en el abismo del mar.» Quienes sostienen esa tesis de manera determinista-sin que yo desconozca que clínicamente podrian existir situaciones de esa ìndole, algunas de ellas descriptas en trabajos psicoanalíticos-quien privilegia este planteo sin contar con su propia experiencia profesional–adhiere a la teoria de la creación de un doble;el actual abusador/violador seria el doble de quien lo violó buscando saber qué sintió el victimario cuando lo violó;lo cual lo acercaria a la ritualización de su falta.
Entre las varias teorias que han estudiadoi el tema:
Teoria psicodinámica: Freud,la del Aprendizaje social (Kelly y Lusk),la teoria psicofisiológica estudiada tambien por Kelly y Lusk,, la teoria sociológica, la teoria feminista, el modelo de Finkelhor, la teoria sobre la normalidad de la pedofilia.La elección del criterio que cuestiono podria deberse al desconocimiento de otras teorias,y tambien a la transformación de los conocimientos psicoanaliticos en extensiones ilícitas, o sea, se desliza desde una categoria gnoseológica:el delito , hacia lo hermenéutico.Asi,al violador se lo ingresa en la categoría de una víctima inicial neutralizando su responsabilidad, por lo tanto, corresponderia no judicializar porque el sujeto remitiria a la psicopatologia de la repetición .
Tambien podemos pensar que el violador viola por una antigua angustia tramitada desde la infancia y por eso genera rutinas de violaciones para aplacar dicha angustia.Tal vez podria probarse clinicamente.Pero esta angustia deberá resolverla en prisión.
Asociarse a este mito privilegia la posición del abusador/violador como víctima de su memoria encendida que reclama saciar su sed de repetición compulsiva eligiendo otra víctima.Al diagnosticarlo como victima histórica se ingresa en categoria de la expiación,como si dijera»quedo liberado de la culpa porque a partir de esa victimización que padecí me asiste el derecho de repetir lo padecido».Esta lógica padece un traspié: si asumimos que estadisticamente las victimas violacion son niñas y adolescentes mujeres, entonces deberiamos encontrar que la mayoria de las abusadoras y violadoras son mujeres.
Hay algo que no encaja en esa afirmación que ha comenzado a sacralizase afirmando que el violador ha sido un niño abusado. Si fue victima de abuso durante la infancia, habrá que pensar en términos de situación postraumática para su tratamiento pero no para exculparlo Podrà disponer de psicoterapia si puede probar que fue violado ,pero no de estar en libertad. El lugar del violador condenado es un lugar que tambien forma parte de una cartografia singular, la que transitan fiscales y jueces preocupados por las garantias de ese sujeto. Por ese motivo , la lectura de los expedientes que se ocupan de estos delitos exhiben una nutrida nómina de preguntas destinadas a las víctimas que transparentan la tendencia a dudar de cualquier palabra que emitan los niños y las niñas.
La postura que propone que el violador comenzó por ser él mismo sujeto de violación durante la niñez
se instituye y se utiliza excediendo el refinamiento necesario para construir un diagnóstico diferencial que considere los atenuantes de su responsabilidad.Aparece hoy asociado al denominado «backlash», o sea al contraproyecto que desafia negativamente a las decididas reacciones de las madres que denuncian la victimización de sus hijos y se organizan reclamando justicia
Cuando al abusador/violador no se lo considera responsable sino se lo convierte en una víctima se busca crear una situación en la que «una cosa ocupa el lugar de la otra» o sea, se inventa un simbolo.El violador pasa a simbolizar su propia historia como víctima Pero son sujetos que desconocen la Ley y estan ajenos a una relación respetuosa con los vinculos sociales
Al introducir el mito del abusador abusado se genera tendencia cercana a la espiritualización del diagnóstico:»No busquemos culpables, sino entender el discurso del sujeto».
Seria pertinente informarse de cuáles han sido los estudios psicoanalíticos -que existen-aportados por quienes sostienen esta tesis del abusador abusado y diferenciar tales análisis de los procedimientos en los que intervenimos cuando tenemos una víctima delante.Tambien conviene rastrear las investigaciones realizadas en las cárceles-que existen- y entonces afirmar que según los violadores cuentan, ellos fueron víctimas.Testimonio que resultará inapelable para quienes precisen sacar conclusiones aliviantes respecto de sus conductas posteriores.
Cuando surge la frase «los violadores fueron niños violados»-que aterroriza a las madres de los niños violados pensando que sus hijos se convertirá en violadores-corresponde preguntarse en qué momento histórico aparece, quienes la repiten y qué se busca con ella.Cuando en el mundo ha comenzado un fuerte y claro movimiento que propone escuchar las voces de las víctimas y desacatar los enjuagues de los victimarios y de quienes encuentran argumentos para protegerlos.
Jornadas organizadas por Salud Activa 8 de noviembre 2008