Educacion sexual

Editado en Pagina 12, 16 diciembre 2004

Por Eva Giberti

Los padres, atentos a las explicaciones que aportábamos en los cursos destinados a educación sexual, incorporabam sistemáticamente, dos preguntas: » Estamos de acuerdo, podemos decirles que el bebe esta en la panza de la mamá en lugar de hablarles de la cigüeña, pero ¿y si pregunta cómo entró?,¿ Que les contestamos?». Estábamos en la década del 60 y estas reuniones se convocaban en la Escuela para Padres que funde en esa época. El otro interrogante provenia de los padres de adolescentes y remitía a las que se llamaban «relaciones prematrimoniales».En ese caso, los padres de varones apostaban a la experiencia mundial: se esperaba que los muchachos contasen con una autorización socializada para ensayar esa práctica; el problema surgia con los padres de las niñas: «Pero a mi hija yo le tengo que enseñar que no debe tenerlas….»
Desde aquel entonces hasta la fecha los seres humanos hemos avanzado en territorios nuevos y desconocidos en materia sexualidades. Ahora las preguntas que escucho no sólo provienen desde los padres sino de los profesionales. Dicto clases en tres posgrados, es decir, que quienes cocurren son profesionales o egresados de estudios terciarios,lo que permite suponer ciertos conocimientos;pero,como dirian los escolásticos, es una falsa suposición.Por ejemlo: Alcanza con que yo utilice la palabra transgenero para que varios rostros denoten estupor. Explico entonces de qué estoy hablando y les advierto que todos ellos seguramente estarán en contacto con travestis,transexuales,intersexuales y que por lo tanto es grave desconocer el nivel de análisis que estas identidades reclamen, ya sea en el plano de la convivencia social ( y los derechos que les competen), cuanto frente a la necesidad de asistencia. Si a esta necesidad de información añado el alerta acerca de la infección por VIH ,y complemento con los datos que resultan de la fertilización asistida, compagino un tríptico de ignorancias, silencios y desinformación que sobrellevan innumerables adultos quienes, en este caso,por ser pofesionales, tienen a su cargo la orientaci´pon y cuidado de otras personas.Las universidades de las cuales provienen no llegaron a tiempo para introducir estas enseñanzas porque la vida se impuso por sus propios medios saltando las barreras académicas.
«Bueno, Eva, pero no me va a decir que hay que hablarles a los chicos de esas cosas!…» En realidad, son los chicos quienes nos interpelan a nosotros; y por lo que puedo suponer-arriesgando el error- es que mientras se discuten estos temas,los chicos van aprendiendo -y ensayando- de que se trata.Máxime cuando niñas y niños están siendo victimizados por adultos abusadores que .como sabemos, no cosntituyen un ejercito de extranjeros sino conviven como miembros de las organizaciones familiares.
En cuanto a la información-educación-referida a la sexualidad, hablar acerca del engendramiento aun hoy forma parte del prejuicio masivo, en particular cuando se afirma que «el papa le pone la semillita a la mamá «, lo cual constituye una infomación falsa.El papa introduce una porcion de plasma vital (germinal) que solo será efectiva si se encuentra con el otro plasma vital, el que se ncuentar en el interior del cuerpo femenino y lo acoge. No hay tal semillita ni el papá embaraza a la mamá:entre ambos engendran con la misma potencia y responsabilidad biológica. Si no se comienza por reconocer cómo se utiliza la información acerca de los procesos psicobiológicos para incorporar prejuicios sexistas que privilegia la actividad masculina, la educación sexual quedará limitada a los recortes anatomofisiológicos condimentada con algunas ideas acerca del bien y el mal según sean laas convicciones de quienes la impartan.
La objeción: «Pero no le vamos a hablar de plasma vital a los chicos…» me lleva a reconocer que utilizo esa expresión porque constituye un clásico,pero los contenidos tienen nombre y se llaman espermatozoides y óvulos. El problema reside en otro nivel: la dificultad de los adultos para verbalizar palabras a las cuales la propia experiencia le aporta sentidos. A lo que debemos sumar la propia historia: hablar de sexualidad- aunque no se lo mencione- implica convocar inconcientemente el propio origen y repicar en las propias experiencias.Ya sea para festejar las prácticas sexuales personales o renegar de ellas.
Hoy en dia, los temas que la educaion sexual introduce están enlazados con los derechos humanos de las personas transgénero, con el reconocimiento de las nuevas formas de engendramiento mediante la fertilización asistida , la atención acerca de lo que el HIV significa,los derechos reproductivos y el reconocimiento del riesgo que niñas y niños pueden correr en manos de abusadores.Seguramente estoy omitiendo otras exigencias que podrán complementar quienes lean.Los diálogos con los padres actuales me aportan novedades que niños y adolecentes introducen en sus familias no sólo porque miran teve hasta cualquier hora de la noche, y porque bajan porno de los canales que rastrean en internet, sino porque comentan entre ellos lo que creen saber.Entonces los adultos suelen sentirse desprotegidos y desautorizados, vivencias que transparentan una realidad : es preciso cambiar el enfoque mental si se pretende acompañar a los niños y a las niñas de nuestro época. Estan creciendo en un mundo que no es el que sus padres y maestros conocieron cuando transitaban sus infancias y la adolescencias, sino en el colorido, sonoro y a veces inquietante paisaje de las diversidades esperables y de las exhibiciones mercantilizadas. Los chicos sobreviven a nuestras paradojas e hipocresias y paulatinamente aprenden a producir las propias, es decir, comienzan a parecérsenos; pero es posible crear para ellos la densidad informativa que les interese, les enseñe y mantenga abierto el espacio de sus fantasias y deseos. Actualmente, más allá de tales fantasias y deseos, niños y niñas precisan aprender a aceptar la diversidad , a resguardarse de las infecciones , a disponer de sus cuerpos según lo enseñan los derechos reproductivos y a defenderse de quienes pretenden violarlos. Todo ello forma parte de la enseñanza moral que padres y docentes actuales tienen a su cargo, asumiedo la dosis de sobresalto y confusión que este nuevo mundo -repleto de antiguas realidades- nos demanda.

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