Efectos psicológicos de la desaparición de personas en sus familias

Mesa redonda convocada por las Madres de Plaza de Mayo en conmemoración de la Semana Internacional del Desaparecido. 10   de mayo de 1983

Por Eva Giberti

Este es un tema que compromete la salud mental del país Cuando aboramos este tema desde la Psicología Clínica un hecho se nos impone por su terrorífica originalidad : nos encontramos frente a grupos formados por familias-estadísticamente representativos- uno de cuyos miembros ha desaparecido sin que sea posible localizarlo, vivo o muerto.
El inicio de muchas de esas desapariciones se produjero en presencia de los familiares que testimoniaron la detención o el secuestro, o bien en presencia de otros testigos.
El común denominador de estas historias está dado por la ausencia de un cadáver que permita afirmar la muerte de estas persona : se trata de desapariciones no explicadas por los responsables de las mismas.
Es decir,que desde el comienzo de nuestro análisis nos encontramos en una situación atípica dentro de un mundo civilizado.En ese trance aterrorizante y excepcional se mueven ,hace varios años,los familiares de estas víctimas para los cuales se ha creado una nueva dimensión en la vida de la polis :lo inexplicable. Dramatizada por la «existencia-no existencia» de los desaprecidos,lo cual crea un clima enloquecedor,psicotizante para quienes tienen que vivir diariamente en él.
Toda vida humana cuenta con una coherencia:tiene un principio y un fin;dicho fin siempre es posible de ser registrado o fácilmene imaginable cuando la murte acaece lejos del propio país y de la cercanía familiar.Entre nosotros no ha ha ocurrido algo semejante:las desapariciones de miles de personas carecen de explicación y justiicación por parte de los responsables. ¿Qué sucede entonces en la vida psíquica de esos familiares?
A lo largo de los años, el ser humano asume con esfuerzo las expectativas que resultan de la ausencia inexplicable de un familiar ; la mente de estos familiares está expuesta a una exigencia para la cual el aparato psiquico no está preparado. Deben introducir en la estructura familiar un episodio no-humano :la desaparición inexplicable de un ser amado;o sea,han debido incorporar lo siniestro en la convivencia de cada día.La vida ps´qiuica de estos familiares debió fabricar alternativas y defensas que le permitiera explicar lo inexplicable y asumir su realidad como miembros de una famlia que se ha tornado extraña, rara, distinta de las demás, cuya característica esencial es la de transcurri r sus días en una situación límite. Y no se transita impunemente ese territorio :la salud emocional se resquebraja aunque no se pierda el criterio de realidad ; los familiares de los desaparecidos no se vuelven locos ni anormales a pesar de que, además de la ausencia del ser amado se suele perder el trabajo,los amigos , es decir, se ingresa en una zona de exclusión social. Este nuevo fenómeno constituye otro hecho incimprensible para quien ya padece el horror de no saber qué ha sucedido con quien desapareció.Los familiares de desaparecidos se vieron transformados en sospechosos, por tener un desaparecido entre ellos.
En paralelo,se vieron sometidos a una conjuración del silencio :»-No sabemos… Averigüe en otra parte, no consta en nuestras entradas de detenidos» y también :»-Mejor no haga más preguntas.»A lo que se sumó la inversión de dinero, de tiempo y la arrolladora cantidad de papeles y documentos que hubo que presentar ante autoridades que frecuentemente maltrabana a quienes los tramitaban
Por otra parte,la imposibilidad de entender el propioestado civil » ¿Viuda? ¿Huérfano?¿ Padre sin hijos? y los problemas económicos resultantes : ¿se cobra pensión? ¿Se cobra sueldo del desaparecido?…
El arrancamiento de hijos y nietos, de bebes, todos ellos amputados del cuerpo familiar violando las fronteras de lo humanamente imaginable constituye otro item dentro de la enunciación de daños padecidos.A los que añadimos la incontables perturbaciones que padecieron en las escuelas los hijos de desparecidos, tanto en el equilibrio de sus aprendizajes escolares cuanto en la convivencia con sus compañeros.
Las crisis entre los miembros de las familias,la imposibilidad de pensar en algo,que no fuera»ese tema», la mutilación de cualquierr forma de bienestar, también son daños psíquicos. Todos ellos instalados sobre dos premisas mayores: la vigencia del terror y el mandato de silencio..El terror por lo que podría continuar sucediendo a los miembros de esas familias, y también la obligatoriedad de callar lo ocurrido como manera de defenderse, de encogerse,de huír del miedo que se provocaba en los demás.
No es preciso enfatizar acerca del efecto desestructurante del terror,capaz de aniquilar a un sujeto; pero sí es posible subrayar los riesgos del silencio acerca del desaparecido porque al callar el episodio,al evitar mencionarlo dentro de la misma familia, lo ´ unico que se logra es anular la posibilidad de duelo por la situación traumática que se está atravesando, que no implica duelo por el desparecido ya que se desconoce su destino.
Sin embargo el terror no fué suficiente para paralizar a las madres de los desaparecidos: ellas crearon una dimensión nueva dentro del genero mujer, porque si bien históricamente otras madres ,en otras e´pocas y en otras latitudes habían reclamado por sus hijos victimizados, estas madres gestaron un movimiento que se apropió de una plaza, la plaza mayor de la República, para dar a conocer las políticas del terror que el gobierno había instalado.
Estas mujeres se separaron de sus familiares y constituyeron una agrupación propia que si bien avanzaba desde la perspectiva de una maternidad reclamante-lo cual tornaba sumamente difícil silenciarlas- portaba consigo el emblema del ser mujer.Eran mujeres que además reclamaban a sus hijos; el coraje y el desafío que mostraban era producto aparente de su maternidad,pero el cuerpo que las transportaba y las ideas que las reunían procedían desde una concepción del derecho que enfrentaba la violencia. Lo cual no implica que el genero mujer no cuente en su haber con violentas,lo que significa en este caso es que producían un coraje inesperado para quienes calcularon que eran mujeres.
Si bien hablamos de las madres de la Plaza, ese nombre no alcanza a encubrir que no es exclcusivamente la función maternante la que las impulsa, sino el haber adquirido-desde su condición de mujeres subordinadas a las estructuras patriarcales(como la mayoría de las mujeres de nuestro país)- la noción de un derecho inalienable acerca de la vida , en las personas de sus hijos.
Era preciso que esas madres se modificaran en tanto mujeres,para que apelaran al derecho como instancia jurídico social:ellas no reclaman desde una postura instintivista,visceral , sino en su condición de mujeres ciudadanas.
El silencio por exceso de miedo o para evitar el sufrimiento fué otro de los daños padecios por los familiares; silencio que fué sustentado y promovido por los medios de comunicación que,a su vez,no podían mencionar a los desaparecidos.Hablar, enclave mayor para enfrentar los grandes dolores, también había sido aniquilado por el temor.
Quiero llamar la atención acerca de otro hecho que puede añadirse a la lista de padecimientos soportador por los familiares de desaparecidos :un determinado tipo de información y difusión intentaba transformar a las madres reclamantes en personas carentes de juicio de realidad ,trastornadas :»las locas de la Plaza de Mayo». Actualmente acaba de aparecer un documento oficial cuyo texto afirma que los desaparecidos están muertos y por lo tanto reclamar por ellos es absurdo. ¿Cuál es el mecanismo que se puso en juego mediante esta afirmación? El que denominamos la desmentida y que se puede leer de este modo :»No es verdad que haya desaparecidos. ..Sólo hay muertos»(o exiliados). Entonces, se trata de cambiar los datos de la realidad cuando dicha realidad resulta inexplicable pero la afirmación del documento no puede imponerse a quienes han presenciado la detención de un familiar que salió vivo de su casa.
La desmentida o renegación es rechazada por quienes tienen memoria y es rechazado por la comunidad adulta.las madres han sido calificadas como locas por enfrentar la desmentida,de ese modo se las asocia con la tradicional locura que se asigna a las mujeres que se salen de sus roles históricos; y la acusación prende en la comunidad porque el imainario social no titubea en clasificar como locas a las mujeres, no a las madres.
Cuando señalo que el surgimiento de estos mecanismos propuestos por las autoridades también dañan a los familiares de los desaparecidos significa que,al afirmar que están muertos se toma por trastornados o trastornadas a quienes reclamanpor sus vidas..Lo que constituye un nuevo ataque a la identidad de ese grupo familiar cuya identidad real es la de familiares de un desaparecido y no de un muerto.
Lo que significa que reclamar por «aparición con vida» forma parte de la realidad y no de una locura.
Es posible conjeturar que la salud mental de muchos de estos familiares corre peligro en un futuro. En ellos, el país ha sido vulnerado en su equilibrio emocional.Los más chicos,los hijos de desaparecidos son los que precisarán cuidados específicos para aliviar su situación.
Sin embargo,han surgido mecanismos de defensa nuevos creados por estos familiares que permiten suponer una recuperación emocional en muchos de ellos : han sido capaces de nuclearse y de interesarse por todos los desaparecidos y no solo por el propio; han encontrado una clave de unión y solidaridad. Los daños padecidos no pierden trascendencia , pero en lugar de llorar en silencio los familiares de los desaparecidos han encontrado una forma de permanecer :han salvado la palabra y la voz. Para continur reclamando por la vida. Por la justicia.

Derechos Humanos.
© 2010 Eva Giberti - desarrollado por SPOTNetwork